Kathryn Larsen es una biodiseñadora inspirada en la arquitectura vernácula que experimenta, estudia y trabaja con el potencial de las algas marinas. A lo largo de su carrera, ha realizado intensas investigaciones en torno a los usos y aplicaciones de este antiguo material, el cual se ha utilizado en todo el mundo durante siglos y ha demostrado ser resistente a la putrefacción y al fuego, estar libre de composiciones tóxicas, tener capacidades aislantes similares a las de la lana mineral y ser sostenible, permitiendo dar forma a edificios con emisiones de carbono negativas. Larsen busca trasladar todas las ventajas técnicas de este material al campo de la prefabricación, articulando las algas con otras tecnologías para permitir la creación de nuevos revestimientos y elementos constructivos como barreras aislantes y paneles acústicos.
Durante el último Festival de Diseño INDABA, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Kathryn y conocer detalles sobre sus investigaciones y proyectos. Lea la entrevista y conozca más sobre su trabajo a continuación:
Este artículo fue realizado en asociación con Design Indaba, un sitio web que difunde innovaciones para crear un futuro mejor a través del diseño y la creatividad y celebra festivales anuales para aportar su conocimiento al mundo. Haga clic aquí para saber más sobre su evento.
ArchDaily: ¿Podría contarnos un poco sobre usted y explicarnos cuál es, actualmente, su principal tema de investigación?
Kathryn Larsen: Soy diseñadora, tecnóloga arquitectónica, y actualmente soy estudiante de la maestría en arquitectura de la Universidad Técnica de Delft. Durante casi tres años, he estado investigando la historia perdida de la Zostera (Eelgrass) y analizando su utilización como material de construcción. La Zostera es un tipo de hierba marina, a las que menudo llamamos simplemente algas. En Dinamarca, esta hierba se usaba principalmente para techar los tejados de las casas tradicionales de Læsø, pero también se usaba como aislante y como relleno de colchones. En los EE.UU., también se usó como aislante, incorporado en un producto conocido como Cabot's Quilt –un tipo de aislante que se comercializaba en forma de rollo-. Después de mudarme a los Países Bajos, también aprendí que este tipo de alga se utilizaba antiguamente para prevenir la erosión, formando diques wierdijken. Cuanto más averiguo e investigo en torno a este material, más me entusiasmo. Se ha usado muchísimo en todo el mundo y lo que se sabe sobre ello es muy poco. Desafortunadamente, debido a una plaga devastadora que ocurrióen los años 30, gran parte de esta sabiduría se perdió, y el pasto marino ya no se distribuye ni se utiliza en la misma proporción que antes. La mayoría de las veces, grandes cantidades de este material se termina por pudrir en las playas.
Creo que en las algas marinas hay un gran potencial para la industria de la construcción danesa. La Zostera podría reemplazar diversos materiales de aislamiento sintético, como ya se ha hecho en los siglos pasados.
A pesar de todas estas ventajas, uno de los principales desafíos es que, como muchos de los materiales naturales, estas algas no son consideradas en los códigos de construcción actuales. Por este motivo, tenemos que hacer muchas investigaciones y pruebas, trabajar con las autoridades de la construcción y el gobierno local para asegurar (1) que no estamos perjudicando a las personas y (2) que estas soluciones pueden ser aprobadas y utilizadas.
AD: Su investigación está basada en una tradición centenaria; ¿Cómo cree que este material se podría articular con las tecnologías de nuestro tiempo?
KL: Una de las formas de articular estas antiguas tradiciones de construcción con la tecnología es combinándolas con técnicas de prefabricación o reingeniería, adaptándolas a los tiempos y los métodos de una obra moderna.
La gente tiene mucho miedo de los costos de mano de obra asociados con la construcción tradicional, ¡pero no tiene por qué ser así!
En Dinamarca ya hay un fuerte precedente de ideas materializadas con algas que se articulan con tecnologías contemporáneas. Mi propuesta de combinar este material con la prefabricación fue fuertemente influenciada por la Casa Moderna de Algas de Vandkunsten (Det Moderne Tanghus), donde se utilizaba el material en paredes de madera prefabricadas, aplicándolo como una capa amortiguadora en el exterior. Otra influencia ha sido el trabajo de los empresarios Kirsten Lynge y Tobias Gumstrup Lund Øhrstrøm. Ellos han estado diseñando nuevos productos que toman la hierba marina como materia prima – los cuales ya están listos para incorporarse al mercado (o casi)-, tales como membranas aislantes (Læsø Zostera) y paneles acústicos (Søuld). Todo este trabajo ha revelado que necesitamos nuevos avances en las tecnologías de producción. Definitivamente necesitamos mucha financiación e inversión para poder innovar en esta área y para poder hacer que estos materiales sean accesible y prácticos para los consumidores. En mi opinión, tanto Kirsten como Tobías entienden esto y logran tener éxito.
AD: Además de los factores de sostenibilidad, ¿Cuáles diría que son los beneficios de utilizar algas? ¿Se pueden utilizar en otros climas con la misma eficiencia o cree que la tecnología debería ir cambiando para adaptarse a otros ambiente?
KL: Hay muchos beneficios en el uso de las algas. En muchos lugares es posible cosecharlas localmente. Es carbono neutral. Es tan aislante como la lana mineral moderna. Es un fantástico aislante acústico. Es resistente a la putrefacción cuando se las cultiva y procesa adecuadamente –es necesario dejarlas en el exterior hasta que llueva para quitarles la capa de sal y las microalgas que causan su deterioro-. Ha habido casos en los que la gente ha abierto las paredes de sus viejas casas de Nueva Inglaterra, y ha encontrado hierbas marinas perfectamente conservadas, cientos de años después. También es un gran fertilizante. Kurt Schierup de Møn Tang, que es un agricultor de algas tradicionales -y mi fuente de información-, recomienda usarla como cubierta del suelo para cultivar patatas, por ejemplo. Mediante el uso de materiales naturales de base biológica, como lo son las algas, podemos crear construcciones que respiren, que absorban y liberan la humedad pero que al mismo tiempo tengan el suficiente aislamiento para evitar la pérdida de calor. Dado que estas algas crecen en gran medida en el hemisferio norte, creo que muchos países podrían llegar a beneficiarse de su cosecha.
AD: ¿Cómo impacta la ética en su trabajo arquitectónico?
KL: La ética es una parte importante no sólo de mi trabajo, sino de lo que soy como persona. Quería ser arquitecta porque creo que la arquitectura es como el idioma. Es algo fundamental que nos conecta a todos.
Pero si la arquitectura se crea sobre una base podrida, entonces es insostenible.
Actualmente, soy una de las únicas profesionales de la arquitectura que se ha pronunciado abiertamente sobre las llamadas "leyes del gueto danés" y las ha condenado por sus requisitos discriminatorios. En este momento, en medio de la pandemia, las personas más vulnerables están recibiendo avisos de desalojo y demolición sólo porque viven en una zona desfavorecida que tiene más del 50% de "no occidentales" o “descendientes de no occidentales". Como extranjera en Dinamarca, habitando aquí por un permiso de matrimonio, también me han afectado estas leyes, ya que no me han permitido vivir en ninguna área clasificada legalmente como “zona desfavorecida”.
No puedo quedarme quieta y no decir algo si veo cuestiones fundamentalmente equivocadas enmarcadas en leyes de planificación como estas. Si no decimos algo y no hacemos sonar las alarmas siento que, como arquitectos, somos en parte responsables de las consecuencias.
Aplico los mismos principios éticos en mi trabajo personal. Aparte de algunos casos de concursos pro-bono, nunca trabajo gratis, y no creo en el trabajo gratis, así como tampoco me parece correcto tener internos o pasantes no remunerados. La gran mayoría de mis subvenciones se destinan a financiar el trabajo de otros, incluyendo el de los fotógrafos de todos mis proyectos.
No soy perfecta en absoluto, de hecho, creo que hacer que mi voz se escuche es algo que da miedo. No sé si mis esfuerzos tienen algún impacto en la industria porque todavía soy joven y tengo mucho que aprender. Pero si lo que puedo hacer puede inspirar a otros a intentarlo también, entonces siento que vale la pena superar el miedo.
AD: Por último, ¿Hay algún consejo que le gustaría compartir con las generaciones futuras?
KL: Eres digno, tienes talento y eres capaz, no importa lo que digan los demás. Manténte curioso y con la mente abierta. Aprende del mundo tanto como aprendes en el aula y trata a la gente con amabilidad y respeto. Hoy en día, las cosas son un poco desafiantes y dan miedo, así que no pierdas de vista lo que es realmente importante, ¡y recuerda cuidarte!
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